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16 agosto 2023

¿CUAL ES LA CALLE MAS ANTIGUA DE LIMA?

El Jirón de la Unión, una calle con un legado de siglos, se erige majestuosamente en el centro histórico de Lima, Perú. Con sus raíces que se hunden en la fundación de la ciudad en 1535 por Francisco Pizarro, esta vía ha sido un testigo silencioso de los altibajos, las transformaciones y las victorias de la capital peruana. En un viaje por el Jirón de la Unión, podemos explorar las páginas vivas de la historia limeña, mientras sus calles adoquinadas nos susurran los relatos del pasado.


Un Legado Ancestral en el Corazón de Lima

Desde tiempos inmemoriales, el Jirón de la Unión ha sido un hilo conductor que teje la historia de Lima. Como un testigo fiel de la fundación de la ciudad, esta calle recorrió un largo camino desde sus humildes inicios hasta convertirse en una arteria vital en el Damero de Pizarro. Al recorrer sus tramos, es imposible no sentir la conexión con los pasos de quienes la caminaron antes que nosotros.



El Encanto Colonial: Balcones y Detalles que Hablan del Pasado

Cada paso por el Jirón de la Unión es un encuentro con la arquitectura colonial que define la identidad de Lima. Los balcones de hierro forjado se asoman orgullosos, como guardianes del tiempo, mientras que los detalles ornamentales en las fachadas nos cuentan historias que trascienden generaciones. Las calles empedradas y las casonas coloniales dan testimonio de la elegancia y el esplendor de épocas pasadas.





Del Cabildo al Corazón de la Ciudad

Desde su nacimiento, el Jirón de la Unión ha sido un punto de encuentro vital en el tejido urbano de Lima. El cabildo de Lima, una pieza fundamental en la administración colonial, se erigió en su esquina, marcando el comienzo de una historia que resonaría por siglos. Conectando la Plaza de Armas con la Iglesia y Convento de La Merced, esta calle ha sido un camino que ha unido los aspectos esenciales de la vida limeña.



Resiliencia a Través de los Siglos

A medida que los años avanzaron, el Jirón de la Unión demostró su resiliencia al cambio. Desde su papel como un eje central en la nomenclatura urbana del siglo XIX hasta su resurgimiento como una vía peatonal en los años 80, esta calle ha demostrado una capacidad excepcional para adaptarse a los tiempos cambiantes. Hoy, como un centro comercial floreciente, el Jirón de la Unión sigue evolucionando, conservando su esencia histórica mientras se abre a nuevas posibilidades.



El Encanto de los Pequeños Detalles: Pasajes y Plazas Emblemáticas

El Jirón de la Unión es un pasaje lleno de tesoros escondidos que invitan a la exploración detallada. El Pasaje Santa Rosa, con su rica historia y sus edificios que atestiguan épocas pasadas, es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. La Plaza San Martín, un símbolo de la independencia peruana, se encuentra en una intersección importante y ofrece un espacio para la reflexión y la conexión con el pasado.






Un Vistazo al Futuro a Través del Pasado

Caminar por el Jirón de la Unión es un viaje que nos transporta a través de los siglos, pero también nos brinda una ventana al futuro. La revitalización del centro histórico de Lima, con esfuerzos para preservar su patrimonio cultural, asegura que las generaciones venideras puedan disfrutar y aprender de las lecciones del pasado. Cada paso que damos en esta calle nos lleva más cerca de la comprensión de la identidad y la evolución de Lima.



Conclusión: Una Travesía en el Tiempo

El Jirón de la Unión es mucho más que una calle; es una travesía en el tiempo a través de la historia de Lima. Desde su nacimiento en los albores de la fundación de la ciudad hasta su papel como una vía comercial vibrante en la actualidad, esta calle ha sido un reflejo de la resiliencia y la evolución de Lima a lo largo de los siglos. Al explorar el Jirón de la Unión, nos sumergimos en una experiencia única que nos conecta con el pasado y nos inspira a forjar un futuro enraizado en el legado de esta histórica vía.







25 enero 2022

La tradición de octubre: Iglesia y Monasterio de Las Nazarenas

Construido en la segunda mitad del siglo XVIII, este templo es también uno de los más importantes y visitados, especialmente por acoger a la imagen del Señor de los Milagros, también conocido como el Cristo Moreno, el Cristo de Pachacamilla o el Cristo Morado. Cada año, Las Nazarenas recibe multitudinarias visitas que llegan para venerar a la sagrada imagen.



El origen de este fervor data del siglo XVII. Cuenta la historia que un esclavo congoleño dibujó la imagen de Cristo crucificado en una pared de adobe en un pequeño templo ubicado en el barrio de Pachacamilla, en el centro de Lima. Con el paso del tiempo, la obra resistió a varios terremotos y se mantuvo en pie sin sufrir ningún tipo de daño. Por esta razón, la población de Pachacamilla, y la ciudadanía en general, calificó a la imagen como milagrosa, pues resultaba inexplicable que los fuertes movimientos sísmicos no hicieran caer a la pared de adobe donde esta resaltaba.



Historia
Santuario de Las Nazarenas


El Templo o Santuario de Las Nazarenas, en cuyo Altar Mayor se encuentra la Sagrada Imagen del Señor de los Milagros, tiene sus orígenes en esta antigua representación del Cristo en la Cruz, pintada en un humilde muro de un galpón por un esclavo angoleño en la Lima del siglo XVII.



Un fuerte terremoto que asoló Lima el 14 de noviembre de 1655, con grandes pérdidas humanas y materiales, dio origen a esta devoción, al observarse que milagrosamente el muro donde estaba pintada la imagen del Cristo Moreno quedó incólume.



Don Sebastián de Antuñano y Rivas puso el empeño y dedicación para la construcción del Santuario del Señor de los Milagros. El 5 de julio de 1684, compró los terrenos aledaños a la zona para edificar la primera iglesia del Cristo Moreno que sufriría graves daños por el tiempo y los terremotos que se sucedieron.



Por iniciativa del virrey Manuel Amat y Juniet —quien colaboró con un óbolo anual y los estudios técnicos— y dado que la primera edificación tuvo que ser prácticamente demolida en 1746, se construyó un nuevo templo que fue inaugurado el 20 de enero de 1771.



Debido a los movimientos sísmicos que sacuden Lima de tiempo en tiempo, este templo ha sufrido numerosas remodelaciones. De la pequeña capilla inicial, se tiene en la actualidad un templo de notable y hermosa arquitectura manteniendo el original estilo rococó.



Cada año el Santuario recibe a innumerables fieles al Cristo Moreno, que animados de fe desean admirar la imagen original que el esclavo negro pintara hace más de 363 años y que permanece incólume hasta nuestros días, como muestra milagrosa de un regalo divino a la ciudad de Lima.
En sus altares menores se veneran a: 
  • Jesús Nazareno, 
  • Nuestra Señora del Carmen, 
  • San Martín de Porres, 
  • Santa Teresa del Niño Jesús, 
  • San Joaquín, 
  • San José, 
  • Santo Toribio de Mogrovejo, 
  • Santa Rosa de Lima, 
  • Niño Jesús de Praga. 

En su cúpula está circundado por San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. En el altar mayor, se alza imponente San Miguel Arcángel, y acompañan al Cristo Moreno en las hornacinas laterales; San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila.



Monasterio de Las Nazarenas


Ubicado junto al templo, el monasterio de las Nazarenas es el refugio de las Madres Carmelitas Descalzas Nazarenas. El 12 de octubre de 1700, Sebastián de Antuñano, promotor de la primera iglesia, donó tanto la Iglesia como los terrenos adyacentes a las beatas del antiguo Instituto o Beaterio Nazareno, quienes vestían el hábito morado, que dieron origen a los hábitos del color tradicional usado por los devotos del Señor de los Milagros.



Estas beatas tomaron como regla la carmelitana y así lograron elevar el beaterio a la condición de monasterio. Al morir la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, fundadora del Beaterio, designa como superiora a Sor Josefa de la Providencia quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de España, Felipe V, y el papa Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su transformación en el monasterio de clausura agregado a la orden de las Carmelitas Descalzas, quedando oficialmente inaugurado el Monasterio el 11 de marzo de 1730.



Actualmente las Madres Carmelitas Descalzas Nazarenas —que continúan usando el hábito morado en vez del tradicional marrón carmelitano— son las únicas guardianas y custodias del Señor de los Milagros.




Debido al fuerte sismo del 17 de octubre de 1966 el antiguo monasterio quedó en estado ruinoso por lo que dos años más tarde se edificó uno prácticamente nuevo, en el que las "Fieles Guardianas y Cuidadoras" del Señor de los Milagros viven dedicadas tanto a la contemplación y a la oración como al servicio del prójimo. La historia del Templo de Nazarenas, que alberga hoy a la sagrada imagen del Señor de los Milagros, es casi tan antigua como la imagen misma. Tal como consta en la historia del Señor de los Milagros, la sagrada imagen fue pintada en el muro de una barraca por un esclavo angoleño. En 1655 un fuerte terremoto asoló Lima causando cuantiosas perdidas humanas y materiales. Las precarias viviendas de los esclavos angoleños cayeron por los suelos. Pero milagrosamente el muro donde estaba plasmada la imagen del Cristo Morado quedó intacto.





16 enero 2022

Alameda de los Descalzos

La Alameda de los Descalzos es una importante alameda, jardín público o paseo ubicado en el distrito del Rímac en la ciudad de Lima, capital del Perú. Uno de los lugares más conocidos del distrito, a su alrededor se levantan, entre otras construcciones, las iglesias de Santa Liberata, El Patrocinio, y Nuestra Señora de los Ángeles. En su cercanía se encuentra también el lugar donde estaba ubicada la "casa del molino" de Micaela Villegas, conocida como La Perricholi. Tiene una longitud de aproximadamente cuatrocientos cincuenta metros.

Alameda de los Descalzos
Alameda de los Descalzos


Este emblemático espacio en el distrito del Rímac fue creado por el Virrey Juan de Mendoza y Luna en 1611 y está inspirada en la Alameda de Hércules de Sevilla y bellamente adornada por finas esculturas de mármol. A lo largo de su historia sufrió diferentes remodelaciones, siendo la más relevante la realizada en 1856, donde se incluyeron las estatuas de mármol representando los doce signos del zodiaco, bancas, jarrones decorativos y faroles. Desde aquí tendrás una vista privilegiada del Convento e Iglesia de los Descalzos, el Cerro San Cristóbal y las iglesias de la Virgen del Patrocinio y Santa Liberata.

Juan de Mendoza y Luna
Juan de Mendoza y Luna



Se llamó inicialmente Alameda Grande. Mandada trazar por el virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros en el año 1611 a semejanza de la Alameda de Hércules de la ciudad española de Sevilla,​ jardín público creado en 1574 y el más antiguo de España y de Europa. El modelo sevillano fue seguido por otros creadores de jardines urbanos en España como la de Écija (Sevilla), o la de Alameda Central de la Ciudad de México. La Alameda de los Descalzos de Lima fue reconstruida en 1770 por el virrey Manuel Amat y Juniet, Se encuentra en al final de la avenida Alcázar, aproximadamente a 900 metros al norte de la plaza de Armas de Lima.

Alameda de los Descalzos vista de la Iglesia
Alameda de los Descalzos vista de la Iglesia


La tradición oral limeña recoge historias respecto a que en este lugar se daban encuentros furtivos entre amantes prohibidos, donde las muchachas de la época acompañadas en sus paseos por las chaperonas rozaban a sus pretendientes sin siquiera mirarlos. Es cuna de conocidos relatos sobre secretos, sonrisas pícaras y andar garboso de la coquetería de las famosas tapadas limeñas en sus paseos afanosos y seductores de caballeros enamorados. Es testigo también de candentes historias y memorias románticas, la más famosa: el romance entre el virrey Amat y la Perricholi que fueron la comidilla de las recatadas señoras de sociedad de la época.

Alameda de los Descalzos vista aerea
Alameda de los Descalzos vista aérea


También se dice que, en la noche, pasan fantasmas de viudas, suicidas, personas que murieron en la Inquisición o misteriosas congregaciones de fantasmas que desfilan alrededor de la alameda.

Alameda de los Descalzos a fines del 1800
Alameda de los Descalzos a fines de los años 1800


De acuerdo con los cronistas de la Colonia, su diseño original constaba de tres calles, dos laterales para los carruajes y una central para los peatones. Existían tres fuentes, donadas por el ciudadano Agustín Hipólito de Landaburu y ocho hileras de árboles que ofrecían a los paseantes sombra y frescor. La remodelación definitiva que experimentó en el siglo XIX la convirtió en un paseo romántico. En 1856 el presidente Ramón Castilla le dio un nuevo y definitivo trazo unitario al ordenar la colocación de una verja de hierro forjado importada de Inglaterra, dándole el toque romanticista de inicios del siglo XVIII.

Alameda de los Descalzos siglo XIX


Actualmente cuenta con rejas laterales, 100 bancas de mármol elegantemente alineadas, 12 estatuas de Mármol de Carrara que representan los signos del zodiaco y los 12 meses del año y 50 bellos jarrones ornamentales de hierro forjado por los artesanos de la época.

Escultura en la Alameda de los Descalzos
Escultura en la Alameda de los Descalzos


18 noviembre 2021

La Quinta de Presa

La única casona de recreo de estilo barroco francés o rococó, que se construyó a partir del siglo XVIII en el barrio limeño del Rímac, es la Quinta de Presa, un ejemplo de arquitectura colonial, que hace eco a los palacios de verano de la campiña francesa, pero en menor dimensión.

Quinta de Presa Fachada principal
Quinta de Presa Fachada principal


Esta mansión campestre cuenta con un área de más de 15 mil metros cuadrados, ubicada fuera del perímetro de las antiguas murallas de Lima, al otro lado del río Rímac y fue erróneamente llamada Palacio de la Perricholi.

Quinta de Presa escaleras en mal estado
Quinta de Presa escaleras en mal estado



Se afirma que fue mandada a construir por el virrey Amat para Micaela Villegas, más conocida como La Perricholi, aunque esto se niega en la monografía del Padre Ugarte.

Quinta de Presa Hall con pequeña capilla
Quinta de Presa Hall con pequeña capilla


Su origen partió de un antiguo molino en 1727, el cual llegó a ser propiedad de doña Isabel de la Presa, por lo que se le llamó molino de Presa. Su sobrino, don Pedro José Carrillo de Albornoz heredó el molino y construyó la casa de recreo, que se conoce como quinta de Presa, donde el virrey Amat habría participado en el diseño.

Quinta de Presa vista de la Huerta en estado de abandono
Quinta de Presa vista de la Huerta en estado de abandono


El distrito del Rímac perdía su contexto paisajístico en la segunda mitad del siglo XIX, transformándose en un barrio popular. El Estado Peruano adquirió la quinta en 1920, cediéndola para cuartel de la Guardia Republicana. Se creó el Museo del Virreinato en 1935.

Quinta de Presa detalle de la fachada
Quinta de Presa detalle de la fachada


Más tarde, en 1971, la edificación pasó a pertenecer al Instituto Nacional de Cultura (INC). Fue declarado monumento histórico nacional en 1972.

Quinta de Presa detalle del Hall
Quinta de Presa detalle del Hall


Se comenzaron las restauraciones en 1990 a pedido del INC junto con la Escuela Taller Lima. De esta manera se logró la recuperación del edificio principal, el jardín interior, el molino, el huerto, espacios exteriores y muebles de la casa como pintura, lienzos y mobiliario.
Se interrumpieron estos trabajos en 1995 por la falta de un proyecto museográfico, un compromiso que asumió el INC.

Quinta de Presa Salon
Quinta de Presa Salon


Historia


La Quinta de Presa fue la casa solariega de la aristocrática familia Carrillo de Albornoz (Condes de Montemar) y Bravo de Lagunas (Condes de Monteblanco). Sin embargo, el nombre de la quinta se la debe gracias a su más conocida propietaria, Isabel Carrillo de Albornoz y de la Presa, hermana del 4° Conde de Montemar, fue construida en el siglo XVIII, fuera del perímetro de las antiguas murallas de Lima, al otro lado del río Rímac. El inmueble es de estilo barroco francés o rococó, adaptado al clima de la capital y a las condiciones de los materiales de construcción. Fue declarado monumento histórico nacional en 1972.

Quinta de Presa estado de conservacion de la fachada principal
Quinta de Presa estado de conservación de la fachada principal



Sus instalaciones fueron afectadas durante su uso por el Banco de la Vivienda,​ el cual mediante convenio con el Instituto Nacional de Cultura del Perú inició la restauración logrando que pudiera volver a mostrar el estilo afrancesado -en salones de juego, comedores y capilla- que lo hizo célebre. Fue el Cuartel Nacional del Regimiento de Gendarmes de Infantería, Guardia Republicana del Perú y sede del Museo de Arte Virreinal.



Proceso de restauración


En el 2019, el entonces director del Plan COPESCO Nacional (PCN), José Vidal Fernández, indicó que la estructura iba a iniciar un proceso de restauración como parte de la lista de recuperación planteada por la World Monuments Fund.




La ficción popular insistió en reconocerla como la casa de la mismísima Perricholi, y esa leyenda persiste entre las calles del histórico Rímac. Sin embargo, la historia de la Quinta, molino y caballeriza de Presa se remonta a la primera dueña de sus terrenos, Isabel Carrillo de Albornoz y Presa, a quien pertenecieron desde comienzos del siglo XVIII. Décadas después, hacia finales del siglo, el coronel Pedro Carrillo de Albornoz y Bravo de Lagunas levantó la hermosa casona de recreo. 




Hoy, la Quinta de Presa se alza en el corazón histórico del distrito como modelo de la arquitectura afrancesada que predominaba en la Lima de su época. A lo largo de los años ha pasado por varios intentos de refacción, pero luego ha vuelto a cerrar sus puertas. Ha permanecido abandonada, ha sido usada como cuartel de la Guardia Republicana. Ahora, tras años de gestiones, el proyecto impulsado por el Patronato del Rímac, el World Monuments Fund (WMF), el Ministerio de Cultura (Mincul) y el Ministerio de Turismo (Mincetur) promete empezar una restauración integral y un uso sostenible que sean ejemplo de recuperación patrimonial.




Caminando hacia el amplio jardín de la Quinta de Presa, con mirador, glorieta y un camino acompañado por palmeras, se nota que el pasto se ha deteriorado un poco. 




En resumidas cuentas este hermoso palacio debe de ser recuperado y puesto en valor tanto para ser abierto al turismo o en forma de museo que pueda albergar todo lo relacionado con la época virreinal. Es un ejemplo mas de la gran cantidad de predios con un enorme valor histórico que estan a la espera una recuperación y puesta en valor, de ser así, nuestra querida Lima se vería mucho mas hermosa.



28 octubre 2021

La Iglesia de San Pedro, el templo de la aristocracia limeña

La Iglesia de San Pedro, fue por tradición hasta hace unas décadas el templo de la aristocracia limeña. Fue construida por los jesuitas con el nombre de San Pablo, e inaugurada su tercera versión, la actual, en 1638. 

Iglesia de San Pedro - Lima
Iglesia de San Pedro - Lima



Cuando llegaron por primera vez al Perú los jesuitas en 1568, fueron alojados por los miembros de la orden de los dominicos, instalándose luego el mismo año 1568 en los solares en que existe actualmente el complejo religioso, iniciándose su construcción este año de 1568 sobre un terreno de 150 pies de largo por 30 de ancho, su construcción inicialmente fue simple, siendo sus servicios religiosos muy concurridos. 




Asistían los españoles que estaban viviendo en la ciudad y decenas de indios que se congregaban en su gran atrio de tierra. Su primer templo fue tan modesto que los vecinos tuvieron que llevar lienzos, retablos, para embellecer sus muros, sedas para los ornamentos y piezas de plata para la sacristía; de tal modo que el Santísimo se pudiera exponer con decencia. 



El 30 de junio de 1569 se levantó un segundo templo en el sitio que hoy comprende a la capilla denominada de Penitenciaria. Finalmente edifican la tercera mucho más amplia, la que actualmente conocemos, realizada sobre el mismo terreno. 



Su constructor fue el Hermano jesuita Martín de Aizpitiarte; los planos fueron traídos por el padre jesuita Nicolás Durán Mastrilli, cuando fue nombrado primer rector del Colegio Máximo de San Pablo de Lima que tenía valor universitario.

Iglesia de San Pedro - Fachada principal
Iglesia de San Pedro - Fachada principal



La iglesia fue consagrada en 1638 con asistencia del virrey Conde de Chinchón y 160 religiosos jesuitas; el obispo Villareal bendijo su campana mayor bautizándola con el nombre de Agustina. Esta campana es la popular "Abuelita", la más antigua del Perú y se dice que dobló en el entierro de Santa Rosa de Lima, y de San Martín de Porres. 



Otra campana de mucha notoriedad es la "Grande" que pesa 100 quintales, por este motivo la torre donde está fue terminada después de haberla subido. Es muy sonora y la segunda en tamaño después de la "Cantabria" de la Catedral de Lima.



Los terremotos que ha sufrido Lima hasta ahora han dañado poco la iglesia que es maciza. En San Pedro, que antes fue de nombre San Pablo, el jesuita Francisco del Castillo pronunció el Sermón de las tres horas por primera vez en el mundo, en 1655 pues así duró el comentario de las siete palabras de Cristo en la Cruz.



Los Jesuitas fueron expulsados del Perú y América en 1772 por el rey de España, retornando posteriormente en 1871, colaborando decididamente en la Guerra del Pacífico. Muestra de ellos, es que esconden al Mariscal Cáceres, disfrazándolo de sacerdote para no ser capturado por los chilenos. Lo ayudan posteriormente a escapar tras lo cual organizó la Campaña de la Breña. También está el hecho que el lugar donde actualmente está el vestíbulo funcionaba la Universidad, convirtiéndose en hospital durante la guerra con Chile.




Descripción de la fachada y determinación de su estilo


La fachada es una obra arquitectónica de estilo neoclásico presenta tres puertas, de las cuales normalmente se abre la principal, las otras dos se suelen abrir en Semana Santa u otras circunstancias de importancia religiosa. 








Las puertas poseen sus portadas de piedra, de arcos de medio punto; sobre ellos tienen hornacina. En el centro el escudo de la orden; tiene zócalo alto de piedra y muros hechos de ladrillo unidos con calicanto, además pilastras en el primer cuerpo. 






Sobre ellos el friso con triglifos y metopas, luego una cornisa que soporta el barandal del segundo cuerpo de estilo barroco de gusto clásico una ventana principal con balaustres de madera; tiene tímpano triangular con una hornacina con la imagen de San Pedro.



Las torres, también de estilo neoclásico, presentan balcones con remate de barandal, una cornisa octagonal, chapitel con barandal que termina en una cúpula con una linterna de madera. 






El atrio actualmente se encuentra protegido por columnas de cemento (muro pretil) para dar mayor seguridad a las instalaciones; frente al templo hay una plazuela que también fue comprada por los jesuitas para dar perspectiva al templo y el público pudiera ver desde allí los actos religiosos que se desarrollaban en el atrio de la iglesia.




En la Iglesia de San Pedro se evidencia 3 etapas importantes históricamente:


Iglesia Primitiva:

Su historia se inicia con la llegada de los Jesuitas el 1 de abril de 1568. Al instante iniciaron las obras de construcción de la Iglesia con el fin de que Lima contara con un lugar dedicado a la celebración de la eucaristía y de todas las labores relacionadas con el evangelio.




La Segunda Iglesia:

La necesidad de mejorar las celebraciones eucarísticas motivo la construcción de un segundo templo. El 30 de junio de 1569 se coloco la primera piedra en un terreno inmediatamente contiguo al anterior. Esta labor tuvo una duración de 6 años, al final de los cuales fue ornamentada con la colaboración de los feligreses vecinos de la zona.



Tercera Iglesia Actual:

Los acuerdos para la construcción de la nueva iglesia se tomaron en la congregación provincial de 1618. En 1628 se terminaron tres de sus capillas, en 1635 se terminaba la cúpula y fue el 31 de julio de 1638 cuando se celebro su solemne dedicación.



Plazuela de San Pedro

La iglesia de San Pedro se encuentra frente a la Plazuela de San Pedro.

La historia de esta plazoleta se remonta a 1626 cuando la Compañía quería las casas frente a esta para crear una plaza publica que sirviera de ornato a la ciudad, pero también como lugar de prédica y adoctrinamiento de niños negros e indios sin interferir con los oficios que se celebraban dentro del templo.

Durante los años del virreinato, también se le llamo “plaza de los coloquios”, porque en ella los jesuitas montaban sus funciones teatrales de tipo religioso. También fue llamada “plazuela del gato”.


Aspectos simbólicos

  • La Iglesia de San Pedro posee, como ya se mencionó, 3 puertas de acceso en su fachada a pesar de no ser una CATEDRAL. Los jesuitas estaban convencidos de colocar estas tres puertas, sin embargo, al recibir la licencia del Papa, abrieron las tres puertas, pero con la condición de que la tercera puerta permanezca cerrada bajo llave.
  • Posee hornacinas en la fachada principal, esto debido a que sin que alguien ingrese, ya sepa el santo de la iglesia, y de esta manera se rinda culto desde incluso el exterior de la edificación.
  • Los campanarios que albergan las torres son elementos típicos de las iglesias limeñas de su época, que cumple la misma labor de avisar a los demás algún acontecimiento simbólico, etc. Y al escuchar el sonido de las campanas los fieles recurren a la iglesia, simbolizando así la evangelización.




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