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16 enero 2022

Alameda de los Descalzos

La Alameda de los Descalzos es una importante alameda, jardín público o paseo ubicado en el distrito del Rímac en la ciudad de Lima, capital del Perú. Uno de los lugares más conocidos del distrito, a su alrededor se levantan, entre otras construcciones, las iglesias de Santa Liberata, El Patrocinio, y Nuestra Señora de los Ángeles. En su cercanía se encuentra también el lugar donde estaba ubicada la "casa del molino" de Micaela Villegas, conocida como La Perricholi. Tiene una longitud de aproximadamente cuatrocientos cincuenta metros.

Alameda de los Descalzos
Alameda de los Descalzos


Este emblemático espacio en el distrito del Rímac fue creado por el Virrey Juan de Mendoza y Luna en 1611 y está inspirada en la Alameda de Hércules de Sevilla y bellamente adornada por finas esculturas de mármol. A lo largo de su historia sufrió diferentes remodelaciones, siendo la más relevante la realizada en 1856, donde se incluyeron las estatuas de mármol representando los doce signos del zodiaco, bancas, jarrones decorativos y faroles. Desde aquí tendrás una vista privilegiada del Convento e Iglesia de los Descalzos, el Cerro San Cristóbal y las iglesias de la Virgen del Patrocinio y Santa Liberata.

Juan de Mendoza y Luna
Juan de Mendoza y Luna



Se llamó inicialmente Alameda Grande. Mandada trazar por el virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros en el año 1611 a semejanza de la Alameda de Hércules de la ciudad española de Sevilla,​ jardín público creado en 1574 y el más antiguo de España y de Europa. El modelo sevillano fue seguido por otros creadores de jardines urbanos en España como la de Écija (Sevilla), o la de Alameda Central de la Ciudad de México. La Alameda de los Descalzos de Lima fue reconstruida en 1770 por el virrey Manuel Amat y Juniet, Se encuentra en al final de la avenida Alcázar, aproximadamente a 900 metros al norte de la plaza de Armas de Lima.

Alameda de los Descalzos vista de la Iglesia
Alameda de los Descalzos vista de la Iglesia


La tradición oral limeña recoge historias respecto a que en este lugar se daban encuentros furtivos entre amantes prohibidos, donde las muchachas de la época acompañadas en sus paseos por las chaperonas rozaban a sus pretendientes sin siquiera mirarlos. Es cuna de conocidos relatos sobre secretos, sonrisas pícaras y andar garboso de la coquetería de las famosas tapadas limeñas en sus paseos afanosos y seductores de caballeros enamorados. Es testigo también de candentes historias y memorias románticas, la más famosa: el romance entre el virrey Amat y la Perricholi que fueron la comidilla de las recatadas señoras de sociedad de la época.

Alameda de los Descalzos vista aerea
Alameda de los Descalzos vista aérea


También se dice que, en la noche, pasan fantasmas de viudas, suicidas, personas que murieron en la Inquisición o misteriosas congregaciones de fantasmas que desfilan alrededor de la alameda.

Alameda de los Descalzos a fines del 1800
Alameda de los Descalzos a fines de los años 1800


De acuerdo con los cronistas de la Colonia, su diseño original constaba de tres calles, dos laterales para los carruajes y una central para los peatones. Existían tres fuentes, donadas por el ciudadano Agustín Hipólito de Landaburu y ocho hileras de árboles que ofrecían a los paseantes sombra y frescor. La remodelación definitiva que experimentó en el siglo XIX la convirtió en un paseo romántico. En 1856 el presidente Ramón Castilla le dio un nuevo y definitivo trazo unitario al ordenar la colocación de una verja de hierro forjado importada de Inglaterra, dándole el toque romanticista de inicios del siglo XVIII.

Alameda de los Descalzos siglo XIX


Actualmente cuenta con rejas laterales, 100 bancas de mármol elegantemente alineadas, 12 estatuas de Mármol de Carrara que representan los signos del zodiaco y los 12 meses del año y 50 bellos jarrones ornamentales de hierro forjado por los artesanos de la época.

Escultura en la Alameda de los Descalzos
Escultura en la Alameda de los Descalzos


04 marzo 2021

La Casa Matusita

La muy conocida Casa Matusita es quizá una de las casas más conocidas de Lima, y en realidad se han escrito tantas leyendas sobre ella que ya ni sabemos si serán ciertas o no, lo que si es cierto es la reputación de casa embrujada que permanece hasta nuestros días.

Casa Matusita Febrero 2021


Mucho tiempo antes de que esta casa sea construida, la zona que ocupa era un centro de adoración religiosa prehispánica y durante la época colonial fue el sitio exacto en donde se construyó la antigua muralla de Lima, la cual servía como defensa militar de la capital.

Plano Muralla de Lima
Plano de Lima Amurallada


En 1860 durante el gobierno de Ramón Castilla, se construyó, al frente de la Casa Matusita, el conocido Panóptico de Lima, el cual era nada menos que la cárcel de la ciudad (con el tiempo ese terreno dio paso al Centro Cívico y al Hotel Sheraton) y se dice, que tanto "la Casa Matusita como los ambientes cercanos a ella, sirvieron en aquellas épocas como centros de interrogatorios para la delincuencia común y de militares sobre todo en las épocas de la Guerra del Pacífico."

Mariscal Ramon Castilla
Mariscal Ramón Castilla

La fecha exacta de su construcción no está muy bien definida, pero muchas versiones indican que su primera inquilina fue una dama europea llamada "Parvaneh Dervaspa, quien llegó a Lima en 1735 y que fue acusada por la Santa Inquisición como hechicera."

Santa Inquisición
Santa Inquisición


Estas supuestas acusaciones se originaron debido a que muchos de los vecinos de esta señora afirmaban que contaba con la "habilidad, a través de ritos, de curar algunas enfermedades que en ese tiempo acechaban la capital. 
La Iglesia a través de la santa Inquisición la tildo de bruja y la apresó para el respectivo juicio o auto de fe que la Inquisición realizaba en Lima desde 1573."
Después de una serie de torturas y castigos físicos, la inquisición la obligó a que dijera que todo lo que hacía era obra del mismo demonio, por este motivo fue condenada a muerte en la hoguera. Se cuenta que mientras era quemada viva lanzo una maldición que muchos refieren se trata de la casa donde vivía.

Vista nocturna Casa Matusita
Vista nocturna Casa Matusita

Pero, según el libro Historia del tribunal de la Santa Inquisición de Lima: 1569-1820. Tomo II, Capitulo XXIV, la última mujer en ser condenada a la hoguera fue "María Francisca Ana de Castro, alias la madama Castro, natural de Toledo, vecina de Lima, de cincuenta años", en el año de 1736 y después no hay datos de ninguna mujer que haya sido quemada en la hoguera por herejía o brujería.

Historia del tribunal de la Santa Inquisición de Lima: 1569-1820
Historia del tribunal de la Santa Inquisición de Lima: 1569-1820




Después de todos estos supuestos sucesos, la casa fue abandonada y cayó en ruinas hasta el año 1873, cuando es comprada y reconstruida por una familia japonesa. En este punto es cuando sucede el comentado crimen pasional, donde el jefe de familia asesina a los demás miembros de la casa, antes de suicidarse finalmente.

Familia Japonesa
Familia Japonesa

Pero, antes de dar por ciertos estos hechos, hay que indicar que hay los primeros japoneses que llegaron a Lima, lo hicieron recién en el año 1899 y lo hicieron para trabajar en las haciendas azucareras del norte. Aparte de todo esto, no existe ningún registro sobre un crimen pasional en las dependencias de policía ni en las dependencias judiciales de esas épocas.

1917 Sociedad Central Japonesa hoy Asociación Peruano Japonesa
1917 Sociedad Central Japonesa hoy Asociación Peruano Japonesa


Existen tres versiones sobre hechos sobrenaturales a saber dentro de esta casa:

1. Dentro de la casa era común escuchar voces y ver sombras, debido a esto la familia no podía dormir. Esta situación se tornó en extremo poco sostenible y la locura se apodero del padre de la familia, empezó a maltratar a sus empleados física y psicológicamente.
Cansados de estos tratos y de todo lo paranormal que existía, el mayordomo y la mucama realizaron una ceremonia macabra en la que el patrón fue descuartizado. Luego de cometer el atroz crimen, los empleados decidieron quemar la casa para no dejar huella de lo sucedido. Para su sorpresa, la casa no se destruyó con el incendio y los criminales fueron, finalmente, recluidos en un manicomio. Años después, la casa pasó a ser propiedad de otra familia de japoneses.

techo casa matusita


2. La segunda versión se parece más a una escabrosa telenovela mexicana. El padre llegó a casa y encontró a su mujer en la cama junto a su amante. Frente a esta situación, agarró un cuchillo, los descuartizó y regó los miembros de la pareja asesinada por cada rincón de la casa. Luego, cuando llegaron sus hijos y vieron la espeluznante escena, el padre decidió matarlos. Finalmente, trastornado por lo que acababa de hacer, decidió acabar con su propia vida.


3. La última de las versiones cuenta que fueron los trabajadores de la casa que, cansados de su patrón, decidieron envenenarlo con una sustancia alucinógena en la comida. Después de servir los platos a la familia, salieron del comedor, cerraron la puerta y comenzaron a escuchar gritos en el salón. Cuando la habitación se silenció decidieron ingresar, y encontraron una escena digna de película de terror. El comedor estaba cubierto de sangre y de pedazos irreconocibles de los cuerpos de la familia que acompañaba al comensal. La culpa que sintieron fue tan grande que decidieron suicidarse en el acto.



Es aquí cuando la leyenda empieza: cuentan que, si te atrevías a ingresar a la casa por más de cinco minutos, podrías visualizar los hechos ocurridos dentro del lugar y que los susurros, conversaciones, gritos y sonidos de objetos te volvían loco al instante.

Cuando la ficción supera a la realidad


La leyenda más conocida ocurrió a finales de los 70. El conductor del programa de TV “Los fantasmas se divierten”, Humberto Vílchez Vera, apostó a que era capaz de permanecer 7 días en la casa Matusita sin enloquecer ni morir. El animador entró a la casa con cámara en mano y solo bastaron dos horas para que Vílchez saliera de la casa gritando, profiriendo insultos y con espuma en la boca. Cuenta la leyenda urbana que, después de este hecho el conductor tuvo que ser recluido en un manicomio por más de un año y que posteriormente desapareció.

Humberto Vilchez Vera
Humberto Vilchez Vera


Sin embargo, Vílchez publicó el libro “El cazador de fantasmas”, en donde desmiente haber ingresado a la casa y haberse vuelto loco, pues, lo único que buscaba el argentino era subir el rating de su programa, cosa que consiguió y de paso revivió la leyenda de la embrujada casa.




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