25 noviembre 2021

El Puente Trujillo o Puente de Piedra

Dentro de las estructuras arquitectónicas más representativas de la ciudad de Lima se encuentra el denominado “Puente de Piedra”, ubicado sobre el río Rímac, que une el Jirón De la Unión, en el Cercado de Lima, y el Jirón Trujillo en el distrito del Rímac, conocido mayormente como “Puente Trujillo” por haber sido este el nexo entre Lima y la ciudad de Trujillo.



El Puente de Piedra es un puente ubicado en el centro histórico de Lima, capital del Perú. Cruza el río Rímac uniendo el Cercado de Lima con el distrito del Rímac. Es el inicio del Jirón de la Unión que fuera en los primeros años de la república, la vía más importante de la ciudad. Es comúnmente denominado como Puente Trujillo debido a que es la prolongación del jirón Trujillo.



Historia

Fue construido en 1610 por el arquitecto español Juan del Corral, nacido en Santander, durante el mandato del virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros,​ ante la progresiva urbanización del barrio de «abajo el puente» (actual distrito del Rímac). Fue uno de los primeros puentes construidos sobre el río Rímac, permaneciendo como el único nexo entre el la ribera norte del mismo y la antigua ciudad amurallada hasta la construcción del Puente Balta en el siglo XIX.


La del marqués fue una experiencia en desastres que aplicaría nuevamente al asumir la gestión del Virreinato del Perú, donde llegó a fines de 1607. Poco después desarrollaría proyectos urgentes: tras levantar el primer censo en Lima, construyó la Alameda de los Descalzos y el puente de piedra sobre el río Rímac, que amenazaba permanentemente a la ciudad con sus desbordes. Un puente anterior, construido por el virrey Marqués de Cañete hacia la mitad del siglo XVI, había sido destruido por una crecida del Rímac en 1597.


Fue el alcalde don José de Ribera quien firmó contrato con Juan del Corral, maestro mayor de reales fábricas y azulejero notable, para encargarse de la construcción del puente a cambio de 700 mil pesos. Y lo hizo siguiendo un estilo gótico-isabelino, utilizado en monasterios y catedrales, con piedras de mampostería traídas de las canteras de Surco. En su diseño, contrafuertes adiamantados parten las aguas del río y contrafuertes circulares las despiden. Sobre estos, parapetos separaban a peatones de caballos y carruajes. Tras dos años de construcción, la obra fue inaugurada por el visionario virrey.


El puente de piedra, o puente Trujillo, unía entonces la Lima amurallada con el arrabal de San Lázaro (actual Rímac), asentamiento de indios camaroneros. Asimismo, facilitó el acceso a la Alameda de los Descalzos y a la Pampa de Amancaes, dos populares espacios públicos de la sociedad colonial.


Veinte años más tarde, el virrey Amat mandó fortalecer su estructura, mientras que en tiempos republicanos, el gobierno de José Balta ordenó reparar, en 1868, el arco de la entrada. Sin embargo, esta estructura fue afectada por un incendio en 1879 y fue demolida definitivamente. El otro arco, situado en la ribera del distrito del Rímac, fue demolido a mediados de la década del ochenta para colocar el puente de concreto que da paso a la actual Vía de Evitamiento. Decisiones impulsadas por una mal entendida modernidad.


Según sostiene Antonia Durán (1994) en el lugar previamente existió un primer puente de madera, levantado en 1554 y sustituido por otro de mampostería y ladrillo mandado a construir entre los primeros años del siglo XVII debido a los daños constantes generados por la fuerza de la corriente del río Rímac.


La propuesta inicial del puente, tal como afirma Durán en base a documentación de la época, contaría con ocho ojos, seis pilares en el río y dos más pequeños a los lados, pero finalmente se hizo de seis. (DURÁN, 1994).


Según Luis Sifuentes, esta estructura constituye una de las construcciones más antiguas de Lima. Fue edificado entre 1608 y 1610, durante la época del virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros; por eso a esta estructura también se le conoce como “Puente de Montesclaros” (SIFUENTES, 2010).



Actualidad

Actualmente, si bien fue pavimentado, mantiene la misma estructura inicial. Con la construcción de la Vía de Evitamiento se estableció un paradero de transporte público, el que fue trasladado en el año 2006 con la construcción del Puente Rayito de Sol.


El antiguo puente de piedra forma parte del paisaje arquitectónico de la Ciudad de Lima. Ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos de nuestra ciudad, y junto con otras estructuras arquitectónicas conforman nuestro patrimonio cultural.





18 noviembre 2021

La Quinta de Presa

La única casona de recreo de estilo barroco francés o rococó, que se construyó a partir del siglo XVIII en el barrio limeño del Rímac, es la Quinta de Presa, un ejemplo de arquitectura colonial, que hace eco a los palacios de verano de la campiña francesa, pero en menor dimensión.

Quinta de Presa Fachada principal
Quinta de Presa Fachada principal


Esta mansión campestre cuenta con un área de más de 15 mil metros cuadrados, ubicada fuera del perímetro de las antiguas murallas de Lima, al otro lado del río Rímac y fue erróneamente llamada Palacio de la Perricholi.

Quinta de Presa escaleras en mal estado
Quinta de Presa escaleras en mal estado



Se afirma que fue mandada a construir por el virrey Amat para Micaela Villegas, más conocida como La Perricholi, aunque esto se niega en la monografía del Padre Ugarte.

Quinta de Presa Hall con pequeña capilla
Quinta de Presa Hall con pequeña capilla


Su origen partió de un antiguo molino en 1727, el cual llegó a ser propiedad de doña Isabel de la Presa, por lo que se le llamó molino de Presa. Su sobrino, don Pedro José Carrillo de Albornoz heredó el molino y construyó la casa de recreo, que se conoce como quinta de Presa, donde el virrey Amat habría participado en el diseño.

Quinta de Presa vista de la Huerta en estado de abandono
Quinta de Presa vista de la Huerta en estado de abandono


El distrito del Rímac perdía su contexto paisajístico en la segunda mitad del siglo XIX, transformándose en un barrio popular. El Estado Peruano adquirió la quinta en 1920, cediéndola para cuartel de la Guardia Republicana. Se creó el Museo del Virreinato en 1935.

Quinta de Presa detalle de la fachada
Quinta de Presa detalle de la fachada


Más tarde, en 1971, la edificación pasó a pertenecer al Instituto Nacional de Cultura (INC). Fue declarado monumento histórico nacional en 1972.

Quinta de Presa detalle del Hall
Quinta de Presa detalle del Hall


Se comenzaron las restauraciones en 1990 a pedido del INC junto con la Escuela Taller Lima. De esta manera se logró la recuperación del edificio principal, el jardín interior, el molino, el huerto, espacios exteriores y muebles de la casa como pintura, lienzos y mobiliario.
Se interrumpieron estos trabajos en 1995 por la falta de un proyecto museográfico, un compromiso que asumió el INC.

Quinta de Presa Salon
Quinta de Presa Salon


Historia


La Quinta de Presa fue la casa solariega de la aristocrática familia Carrillo de Albornoz (Condes de Montemar) y Bravo de Lagunas (Condes de Monteblanco). Sin embargo, el nombre de la quinta se la debe gracias a su más conocida propietaria, Isabel Carrillo de Albornoz y de la Presa, hermana del 4° Conde de Montemar, fue construida en el siglo XVIII, fuera del perímetro de las antiguas murallas de Lima, al otro lado del río Rímac. El inmueble es de estilo barroco francés o rococó, adaptado al clima de la capital y a las condiciones de los materiales de construcción. Fue declarado monumento histórico nacional en 1972.

Quinta de Presa estado de conservacion de la fachada principal
Quinta de Presa estado de conservación de la fachada principal



Sus instalaciones fueron afectadas durante su uso por el Banco de la Vivienda,​ el cual mediante convenio con el Instituto Nacional de Cultura del Perú inició la restauración logrando que pudiera volver a mostrar el estilo afrancesado -en salones de juego, comedores y capilla- que lo hizo célebre. Fue el Cuartel Nacional del Regimiento de Gendarmes de Infantería, Guardia Republicana del Perú y sede del Museo de Arte Virreinal.



Proceso de restauración


En el 2019, el entonces director del Plan COPESCO Nacional (PCN), José Vidal Fernández, indicó que la estructura iba a iniciar un proceso de restauración como parte de la lista de recuperación planteada por la World Monuments Fund.




La ficción popular insistió en reconocerla como la casa de la mismísima Perricholi, y esa leyenda persiste entre las calles del histórico Rímac. Sin embargo, la historia de la Quinta, molino y caballeriza de Presa se remonta a la primera dueña de sus terrenos, Isabel Carrillo de Albornoz y Presa, a quien pertenecieron desde comienzos del siglo XVIII. Décadas después, hacia finales del siglo, el coronel Pedro Carrillo de Albornoz y Bravo de Lagunas levantó la hermosa casona de recreo. 




Hoy, la Quinta de Presa se alza en el corazón histórico del distrito como modelo de la arquitectura afrancesada que predominaba en la Lima de su época. A lo largo de los años ha pasado por varios intentos de refacción, pero luego ha vuelto a cerrar sus puertas. Ha permanecido abandonada, ha sido usada como cuartel de la Guardia Republicana. Ahora, tras años de gestiones, el proyecto impulsado por el Patronato del Rímac, el World Monuments Fund (WMF), el Ministerio de Cultura (Mincul) y el Ministerio de Turismo (Mincetur) promete empezar una restauración integral y un uso sostenible que sean ejemplo de recuperación patrimonial.




Caminando hacia el amplio jardín de la Quinta de Presa, con mirador, glorieta y un camino acompañado por palmeras, se nota que el pasto se ha deteriorado un poco. 




En resumidas cuentas este hermoso palacio debe de ser recuperado y puesto en valor tanto para ser abierto al turismo o en forma de museo que pueda albergar todo lo relacionado con la época virreinal. Es un ejemplo mas de la gran cantidad de predios con un enorme valor histórico que estan a la espera una recuperación y puesta en valor, de ser así, nuestra querida Lima se vería mucho mas hermosa.



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