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01 diciembre 2021

El Puente Balta

Los estudios para la construcción de un puente sobre el río Rímac, empezaron bajo el tercer gobierno interino de Pedro Diez Canseco (1868)

Puente Balta
Puente Balta


Hasta entonces, el único puente que conectaba la ciudad de Lima con el barrio del Rímac era el Puente de Piedra, de la época colonial; también había un puente precario de madera y sogas. El asunto mereció la atención del público y se debatió sobre el lugar de su construcción y el material a usarse.​

Puente Balta y el rio Rimac


El proyecto tomó cuerpo bajo el gobierno del presidente José Balta (1869),​ que convocó a un concurso público para que los empresarios interesados presentaran sus propuestas. Resultó ganador el diseño presentado por el ingeniero Felipe Arancibia y el empresario Enrique Armero.

José Balta
José Balta


El lugar elegido para su construcción fue el situado frente a la Plaza de Acho, conocido como “La Barranca”, zona usada como muladar.​ El puente sería una prolongación de la calle San Ildefonso, llamada entonces calle Talavera, que actualmente corresponde a la primera cuadra del jirón Andahuaylas.

Puente Balta - Año 1885
Puente Balta - Año 1885


Armero encargó la fundición y prearmado del puente a la fábrica Boigues Rambourgs Coe, de Francia. La estructura estaba conformada por tres arcos de hierro fundido, soportados por pilares en piedra, y enjutas con detalles en estilo neorománico italiano.

Construcción del Puente Balta
Construcción del Puente Balta


Existía sin embargo el problema que, al no estar canalizado el río, este solía invadir los terrenos aledaños, que eran usados como campos de cultivo o quedaban como terrenos pantanosos, que afectaban la salubridad pública. 

Puente Balta 1906
Puente Balta 1906


Se resolvió el problema canalizando el río en la zona comprendida entre Piedra Liza y el Puente de Piedra, y la zona llamada Martinete, construyéndose para tal efecto un gran muro con albañilería de cal y canto.​ 
Otro problema presentado fue que los ingenieros no calcularon la diferencia de altura entre Lima y el Rímac, por lo que tuvieron que hacer una rampa en el lado del puente que daba hacia Acho. Esto obligó a retirar el monumento a Cristóbal Colón que se hallaba en el óvalo de Acho, al final de la Alameda del mismo nombre. La obra total costó unos trescientos mil soles.

Rampa de acceso al Puente Balta en la zona del Rimac
Rampa de acceso al Puente Balta en la zona del Rimac


El 19 de marzo de 1869 se colocó la primera piedra de la obra, ceremonia en la que participaron el presidente José Balta y sus ministros, así como el prefecto del departamento, y algunos cónsules extranjeros. También estuvieron presentes miembros de la sociedad limeña y cientos de pobladores de la clase popular. 
Tras la inauguración, se realizó un gran desfile de celebración, que culminó en un gran convite realizado en el recreo Tívoli, situado en los baños de Piedra Liza.​ Conocido entonces como el Puente de Fierro, con el tiempo se popularizó como el Puente Balta o el Puente de Balta. Las obras concluyeron en 1919, a principios del Oncenio o gobierno del presidente Augusto B. Leguía.

Puente Balta 1930
Puente Balta 1930


Durante la ocupación de Lima (1881) el puente fue escenario de un hecho histórico poco conocido. Estando ya ocupada la ciudad por los chilenos, dos soldados peruanos, Manuel Hilarión Roldán y Manuel Guerra, se encontraron con un soldado chileno del Batallón Esmeralda. Trataron de resistir, pero sucumbieron ante la llegada de todo el contingente enemigo, siendo capturados y fusilados en el mismo puente. Sus cuerpos reposan actualmente en la Cripta de la Héroes.


Puente Balta 1960
Puente Balta 1960


El Puente Balta, ilustra la introducción de las técnicas y los materiales de prestigio, objetivación de la “prosperidad falaz” en el campo de la obra pública. 

Estructura del puente Balta
Estructura del Puente Balta


Prefabricado europeo en hierro fundido con arcos rebajados soportados por pilares en piedra, y enjutas con detalles en estilo neo románico italiano, fue una manifestación de la sujeción e integración del río a la ciudad que consolidaba la urbanización de Barrios Altos. También expresa la búsqueda de integración con la zona recreacional del barrio del Rímac, con la Alameda y plaza de Acho y más al interior con el Paseo de Aguas.

Detalle de los arcos del Puente Balta
Detalle de los arcos del Puente Balta


Actualmente comunica el Jr. Andahuaylas en el Cercado de Lima, con la explanada de la Plaza de Acho en el Rímac.

Puente Balta, al fondo el Jr. Andahuaylas
Puente Balta, al fondo el Jr. Andahuaylas


25 noviembre 2021

El Puente Trujillo o Puente de Piedra

Dentro de las estructuras arquitectónicas más representativas de la ciudad de Lima se encuentra el denominado “Puente de Piedra”, ubicado sobre el río Rímac, que une el Jirón De la Unión, en el Cercado de Lima, y el Jirón Trujillo en el distrito del Rímac, conocido mayormente como “Puente Trujillo” por haber sido este el nexo entre Lima y la ciudad de Trujillo.



El Puente de Piedra es un puente ubicado en el centro histórico de Lima, capital del Perú. Cruza el río Rímac uniendo el Cercado de Lima con el distrito del Rímac. Es el inicio del Jirón de la Unión que fuera en los primeros años de la república, la vía más importante de la ciudad. Es comúnmente denominado como Puente Trujillo debido a que es la prolongación del jirón Trujillo.



Historia

Fue construido en 1610 por el arquitecto español Juan del Corral, nacido en Santander, durante el mandato del virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros,​ ante la progresiva urbanización del barrio de «abajo el puente» (actual distrito del Rímac). Fue uno de los primeros puentes construidos sobre el río Rímac, permaneciendo como el único nexo entre el la ribera norte del mismo y la antigua ciudad amurallada hasta la construcción del Puente Balta en el siglo XIX.


La del marqués fue una experiencia en desastres que aplicaría nuevamente al asumir la gestión del Virreinato del Perú, donde llegó a fines de 1607. Poco después desarrollaría proyectos urgentes: tras levantar el primer censo en Lima, construyó la Alameda de los Descalzos y el puente de piedra sobre el río Rímac, que amenazaba permanentemente a la ciudad con sus desbordes. Un puente anterior, construido por el virrey Marqués de Cañete hacia la mitad del siglo XVI, había sido destruido por una crecida del Rímac en 1597.


Fue el alcalde don José de Ribera quien firmó contrato con Juan del Corral, maestro mayor de reales fábricas y azulejero notable, para encargarse de la construcción del puente a cambio de 700 mil pesos. Y lo hizo siguiendo un estilo gótico-isabelino, utilizado en monasterios y catedrales, con piedras de mampostería traídas de las canteras de Surco. En su diseño, contrafuertes adiamantados parten las aguas del río y contrafuertes circulares las despiden. Sobre estos, parapetos separaban a peatones de caballos y carruajes. Tras dos años de construcción, la obra fue inaugurada por el visionario virrey.


El puente de piedra, o puente Trujillo, unía entonces la Lima amurallada con el arrabal de San Lázaro (actual Rímac), asentamiento de indios camaroneros. Asimismo, facilitó el acceso a la Alameda de los Descalzos y a la Pampa de Amancaes, dos populares espacios públicos de la sociedad colonial.


Veinte años más tarde, el virrey Amat mandó fortalecer su estructura, mientras que en tiempos republicanos, el gobierno de José Balta ordenó reparar, en 1868, el arco de la entrada. Sin embargo, esta estructura fue afectada por un incendio en 1879 y fue demolida definitivamente. El otro arco, situado en la ribera del distrito del Rímac, fue demolido a mediados de la década del ochenta para colocar el puente de concreto que da paso a la actual Vía de Evitamiento. Decisiones impulsadas por una mal entendida modernidad.


Según sostiene Antonia Durán (1994) en el lugar previamente existió un primer puente de madera, levantado en 1554 y sustituido por otro de mampostería y ladrillo mandado a construir entre los primeros años del siglo XVII debido a los daños constantes generados por la fuerza de la corriente del río Rímac.


La propuesta inicial del puente, tal como afirma Durán en base a documentación de la época, contaría con ocho ojos, seis pilares en el río y dos más pequeños a los lados, pero finalmente se hizo de seis. (DURÁN, 1994).


Según Luis Sifuentes, esta estructura constituye una de las construcciones más antiguas de Lima. Fue edificado entre 1608 y 1610, durante la época del virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros; por eso a esta estructura también se le conoce como “Puente de Montesclaros” (SIFUENTES, 2010).



Actualidad

Actualmente, si bien fue pavimentado, mantiene la misma estructura inicial. Con la construcción de la Vía de Evitamiento se estableció un paradero de transporte público, el que fue trasladado en el año 2006 con la construcción del Puente Rayito de Sol.


El antiguo puente de piedra forma parte del paisaje arquitectónico de la Ciudad de Lima. Ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos de nuestra ciudad, y junto con otras estructuras arquitectónicas conforman nuestro patrimonio cultural.





02 septiembre 2021

Plaza Mayor de Lima -Descubre su enigmática historia

Fue originalmente la plaza del poblado prehispánico de Lima, donde en 1535 el conquistador del Perú, Don Francisco Pizarro, fundó una nueva ciudad capital para nuestro país a la que llamó “Cuidad de los Reyes”. 



Este hermoso espacio está rodeado de edificios de gran importancia como el Palacio de Gobierno, considerado despacho y residencia del presidente peruano, el Palacio Municipal, el Palacio Arzobispal y la magnífica Catedral de Lima entre otras edificaciones que en conjunto forman el marco perfecto para una de las plazas más hermosas de América Latina. 



Como fiel guardián tenemos al Cerro San Cristóbal con su cruz en la cima y al centro de la plaza, una exquisita pileta del siglo XVII. La Plaza de Armas como se le conoce hoy, o Plaza Mayor como se le llamaba originalmente; ha sido escenario de innumerables acontecimientos históricos que han llegado incluso a cambiar la historia del Perú y es un lugar que no se debe dejar de visitar. Cuenta con iluminación ornamental por las noches y diariamente hacia el mediodía, puede disfrutar del cambio de guardia en el Palacio de Gobierno. Los últimos domingos de cada mes se cierran las calles a los vehículos para disfrutarla sin preocuparse por los autos.




Historia

El rey Carlos I de España dictó en 1523 las Ordenanzas para la fundación de ciudades en el nuevo mundo. En ellas se señalaba que, luego de trazado el plano de la ciudad por fundarse, este debía ser repartido a cordel y regla en forma de cuadrícula desde la locación de la Plaza Mayor de tal forma que la ciudad siempre pueda expandirse. En la refundación de la ciudad, el 18 de enero de 1535, el conquistador Francisco Pizarro, conforme a la práctica señalada, plantó en el centro del solar destinado a ser Plaza Mayor el rollo o picota (madero alto que servía como columna para el ajusticiamiento de los condenados).



Pizarro junto con Nicolás de Ribera, el capitán Diego de Agüero y el piloto Francisco Quintero trazaron la cuadrícula de la ciudad, las calles y manzanas. Cada manzana contaba con cuatro lotes. Pizarro, aprovechando su condición de fundador y gobernador se adjudicó la manzana entera ubicada en el lado norte de la plaza, entre ésta y el río Rímac. El lote norte del lado oriental de la plaza fue destinada a la vivienda del cura, el lote sur de ese mismo lado a la construcción de la iglesia y el lote norte del lado occidental fue destinado a servir de ayuntamiento, repartiéndose las demás manzanas entre los conquistadores.



El historiador y sacerdote Bernabé Cobo señaló con respecto a la plaza mayor:

«....es la más capaz y bien formada que yo he visto, ni en España. Ocupa todo el sitio de una cuadra, con el ancho de las cuatro calles que por todos los cuatro lados la cercan, y así tiene de ver pues por los cuatro lados mide más de dos mil pies; es muy llana...»

Posteriormente, el virrey Diego López de Zúñiga y Velasco, Conde de Nieva, dispuso trasladar el rollo cerca al río, en la actual Estación de Desamparados. Esta medida se justificó en el hecho de que se iniciaron los trabajos para colocar en el centro de la plaza una pileta. Ese rollo fue regresado a la Plaza Mayor y ubicado en el lado sur de la misma en el Callejón de Petateros donde hoy se abre el Pasaje Olaya. Finalmente, en 1668, el virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, dispuso que el rollo se trasladara a la Plaza de Santa Ana pero, debido a casos de crímenes menores, regresó al año siguiente a su ubicación en el Callejón de Petateros.





Durante la época virreinal, la plaza mayor sirvió como mercado, como plaza de toros y como sitio de ejecución de los condenados. Asimismo se desarrollaron en ella los autos de fe que celebró el Santo Oficio de la Inquisición de la que uno de los tres tribunales que tenía en América se encontraba en Lima. El primer auto de fe se celebró el 15 de noviembre de 1573 y en este se dictó la primera condena a ser quemado en toda América. El condenado Mateo Salado fue ejecutado ese mismo día en el «quemadero» que se ubicaba aproximadamente donde hoy se encuentra la Plaza de toros de Acho.



En 1622 se culminó la construcción de la Catedral de Lima, la misma que quedó totalmente terminada en 1797 tras la construcción de sus campanarios. Esa misma iglesia es la que actualmente se ubica en el lado oriental de la plaza.






Época republicana


En 1821, José de San Martín proclamó la Independencia del Perú en esta plaza, luego de lo cual salió en procesión llevando la nueva bandera del Perú. En 1855, el entonces presidente Ramón Castilla inauguró el primer sistema de alumbrado público a gas en virtud de lo cual se tendieron los primeros postes en la Plaza y, por primera vez, se dispuso el área de jardines ya que, hasta esa fecha, la plaza era un gran terreno sin mayor pavimento.



En 1860 se inició el tendido de rieles para los primeros tranvías que fueron tirados por caballos y acémilas y, con la construcción de la Penitenciaría de Lima, las prisiones dejaron de estar en el Palacio de Gobierno y en el Cabildo.​ Finalmente, en el siglo XX se dieron las transformaciones definitivas de la Plaza de Armas. En 1922 se terminó la construcción definitiva del Palacio Arzobispal. En 1938, la del Palacio de Gobierno y en 1944 el Palacio Municipal. Ya en 1940 se dispuso la uniformización del estilo neocolonial mediante la construcción de los portales de Escribanos y de Botoneros en la parte sur de la plaza y sus edificios con balcones de madera.



Nuestra hermosa plaza de armas o plaza mayor, como la quieran llamar, esta rodeada en su totalidad de edificios históricos y de historia viva, de este modo tenemos que en la esquina del jirón Junín, frente al palacio del arzobispado se encuentra una de las construcciones mas antiguas de Lima, la cual es la Casa del Oidor, la cual data del siglo XVI, y se caracteriza por tener esa enorme balcón corrido de color verde que hasta el día de hoy se mantiene como un mudo testigo de innumerables acontecimientos de nuestra querida Plaza de Armas.





Esta ubicada en la cuadra 2 del jirón Junín, el cual ya es vía peatonal en esta zona. Esta cuadra era llamada en otras épocas Calle del Arzobispado debido a que era en esta calle en donde se ubicaba la residencia del Arzobispo.




Actualmente funciona el denominado museo del pisco en sus instalaciones.





Otra de las atracciones de nuestra Plaza de Armas es sin duda la característica Pileta Central, esta pileta fue mandada hacer por el virrey García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra, e inaugurada el 8 de septiembre de 1651, la que con algunas refacciones, se mantiene hasta la actualidad. Su diseño se debe al escultor Pedro de Noguera. 
Algo que les va a llamar la atención cuando vengan a visitarlo es que se encuentra en la parte superior un ángel que es popularmente conocido como el ángel de la fama quién justamente se encuentra mirando a nuestro monumental Palacio de Gobierno del Perú.


Esta pileta si bien fue construida en el siglo XVII el ángel que se encuentra hoy coronando su parte alta fue rota de manera involuntaria cuando en 1900 se hicieron algunos trabajos de mantenimiento, por lo que la que vemos actualmente es una réplica de la original.









Todas las imágenes de este post son de mi autoría y fueron tomadas el día 22 de agosto de 2021


04 agosto 2021

La Casa Riva Agüero ejemplo de restauración

Lo mejor de la casa Riva Agüero es que es gratuita, así que van a poder aprovechar de un recorrido cultural que lleva dentro de sus instalaciones mucha historia sin pagar un solo sol, cerca de ella a un par de cuadras está el conocido jirón de la unión la calle peatonal más importante del centro de Lima, una calle donde hay bastante comercios y sobre todo los segundos pisos de la mayoría de casas que guardan una historia y un pasado poco conocido por la mayoría de limeños.



Fachada principal

La Casa Riva Agüero se encuentra en el jirón Camaná en la cuadra número cuatro, por fuera van a ver una fachada con dos balcones republicanos de color verde acompañados con su vidrio respectivo además de su fachada de color rosado intenso casi como concha de vino con un pórtico de color verde y sus marcos de blanco que llegan hasta el segundo piso de sus instalaciones, esta casa está construida con las influencias del siglo XVIII donde también destacan sus ventanales en el primer piso hacia la calle con hierro forjado de color blanco adornados en forma cuadriculada y con diseños florales divididas en tres partes, además esta casa tiene algo que les va a llamar la atención y es que ninguna de sus rejas se parece a la otra, cada una tiene un diseño único y su marca se ve reflejada de manera especial y bien ornamentada.



Un detalle especial de esta casa es que en la entrada vas a encontrar una patio hecho con piso de canto rodado pulido, la forma del patio ha sido respetando las reglas coloniales de las casas limeñas de aquellos tiempos debido a que en aquella época era común no tener jardines en los patios pero sí algún macetero que le dé un poco más de vida al lugar, adicionalmente estos lugares también se convirtieron en parte pública de la ciudad de Lima ya que hasta allí ingresaban los pregoneros a vender sus productos para los habitantes de la casa, usando canciones típicas a determinadas horas por ejemplo a la mañana si llegaba la panadera a cantar, uno ya sabía qué hora era sin necesidad de ver un reloj ¿Cómo lo sabemos hoy en día? Pues gracias a los diferentes relatos que autores como Ricardo Palma y representaciones graficas como las de Pancho Fierro es que hemos podido ir descubriendo a los diferentes personajes que estaban en la época colonial de Lima y que ya no existen.




Historia de la casa


La casa “Ramírez de Arellano”, ubicada en el Jirón Camaná Nº 459 (calle antiguamente llamada “de Lártiga”) es actualmente propiedad de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Allí funciona su escuela de Altos Estudios, llamada Instituto Riva-Agüero en honor al último propietario residente de la casona, que la legó por testamento –junto con sus demás bienes- a dicha universidad.




Juan Rodríguez de Villalobos

El primero de los propietarios de los terrenos sobre los que siglos después se construyó la casona fue el conquistador Juan Rodríguez de Villalobos, natural de Cáceres, en Extremadura, España. Los tuvo inmediatamente tras fundarse la Ciudad de los Reyes el 18 de enero del 1535.







Diego Maldonado - Juan Francisco Arias Maldonado

Posteriormente, dichos terrenos fueron comprados a mediados del siglo XVI por el capitán Diego Maldonado, apodado “el Rico”. Maldonado falleció en la Ciudad de los Reyes, alrededor del 1570 y su hijo y sucesor, Juan Arias Maldonado, heredó dichos terrenos.

Su hijo legítimo y definitivo heredero, Juan Francisco Arias Maldonado y Contreras, nacería en 1583. Para 1687, Lima fue sacudida por el terremoto del 20 de octubre, lo que originó que posteriormente, en 1692, se autorice a don Juan Francisco Arias Maldonado para “vender a censo perpetuo los solares de dichas casas vinculadas que se arruinaron”.



Francisco de Lártiga y Torres

El principal postor y comprador final de los solares fue el capitán Francisco de Lártiga y Torres. Mientras quedó Francisco de Lártiga y Torres de poseedor de la mayor parte de solares, el referido mayorazgo recayó a la muerte de don Juan Francisco Arias Maldonado en su hijo don Gaspar José Arias Maldonado y Palomino, Carrillo del Soto y Rendón (apellidos estos últimos -sin duda- de su madre), que vivió entre finales del siglo XVII y los primeros años del siglo XVIII. El mayorazgo, según se mencionara, consistía en bienes no sólo en Lima, sino otros -tanto urbanos y rurales- en Cuzco y Nazca. En 1737, empezó a ser conocido el tramo de la calle de Amargura -sobre el que se alzaba la casa-habitación- como calle “de Lártiga”.



Domingo Ramírez de Arellano

Fue su nexo de parentesco político con el señor del mayorazgo de Maldonado lo que permitió al coronel Domingo Ramírez de Arellano acceder a las fincas urbanas de su propiedad, poco antes de que su mujer heredara no sólo muchos bienes de su madre, la condesa de Vistaflorida, sino también los de su hermana Juana Rosa (viuda de don Andrés de Maldonado y Salazar).



Los esposos Ramírez de Arellano y Baquíjano tuvieron cuatro hijas que sobrevivieron a la infancia: María Rosa, Mariana, María Josefa y María Ignacia, nacidas entre 1782 y 1793. De éstas, sólo la tercera contrajo matrimonio. Las otras tres hermanas quedaron de poseedoras de la casa principal de su padre, así como de las casas accesorias, que tuvieron arrendadas. Resulta muy importante señalar que una de las casas posteriores a la que ellas ocupaban, la denominada casa “de Blaque” fue alquilada por estas señoras al libertador chileno don Bernardo O’Higgins, que dividió sus últimos años entre dicha residencia y su hacienda “Montalbán” en el valle de Cañete. Mientras subsistió el mayorazgo de Maldonado, las hermanas Ramírez de Arellano tuvieron que seguir pagando un monto anual a los herederos del vínculo.

A comienzos del siglo XX, las propiedades que antaño fueran del mayorazgo de Maldonado, en la media manzana entre Espaderos (ya conocida como Jirón de la Unión), Lezcano (antes Mármol de Carvajal) y Lártiga (antes parte de Amargura, y hoy Jirón Camaná), quedaron de poder de las hermanas Rosa Julia y Dolores de Osma y Sancho Dávila, tras la muerte de su padre y de su hermana mayor. Viuda la última, tuvo un solo hijo nacido en 1885: don José Carlos de la Riva-Agüero y Osma, quien tras la muerte de su madre y de su tía en los años ‘20, quedó de único propietario de las fincas.




José de la Riva-Agüero

Fue así que tras testar en dicho sentido, y a su temprana muerte en 1944 (víctima de una apoplejía fulminante), las fincas varias de don José de la Riva-Agüero, rurales y urbanas –éstas últimas de su tatarabuelo don Domingo Ramírez de Arellano y antes todavía de los diferentes señores del mayorazgo de Maldonado (pasando por el episodio marcado por Francisco de Lártiga y una serie de otros ocupantes de las tiendas y casas menores del conjunto de propiedades), terminaron perteneciendo a la Pontificia Universidad Católica del Perú.




Una casa con vestigios de modernidad

Otra cosa curiosa que les puedo compartir es que la casa fue una de las primeras que empezó a pasar de esa Lima sin electricidad a tenerla, fue así que en el recorrido puedes apreciar como existían ya algunas conexiones para la luz eléctrica todo esto se dio a finales del siglo XIX gracias a las gestiones del presidente Ramón Castilla el cual hay un monumento muy cerca de la casa frente a una Iglesia que se llama “La Merced” 




Una biblioteca para la casona

En esta casa encontraremos una jugosa colección de obras artísticas, esta biblioteca está abierta al público para poder ser usada y lleva el nombre de Victor Andrés Belaunde. El techo de esta biblioteca esta tallado además de encontrar lienzos en sus paredes como la de Santa Rosa de Lima una de las más reconocidas del  país.

Por otro lado la casa también cuenta con una valiosa hemeroteca en este caso si debes de tener un permiso especial para poder hacer uso de la extensa información que se encuentra allí, una cosa que se encuentra allí es por ejemplo la primera edición del diario “El Comercio” el cual es uno de los diarios mas antiguos del Perú. 




La historia de los cañones

Dentro de la casa de Riva Agüero van a encontrar también dos cañones el cual para sorpresa de mucho fueron encontrados en las excavaciones mientras se hacía el proceso de restauración y hoy los cañones se encuentra a un lado del patio como forma decorativa, ahora lo que puedo comentarles es que estos cañones no eran para ser usados en épocas de guerra sino que eran colocados simplemente como adornos que usaban los habitantes de aquellos entonces ¡así que no es lo que parece!




Otra cosa que van a entender visitando la casa Riva Agüero es que la familia tenía sus dormitorios en el segundo piso y el primer piso era considerado como la parte social para recibir a sus invitados y a los comerciantes que llegaban a vender sus productos, casi siempre las puertas de las casas limeñas como la de Riva Agüero permanecían abiertas y estos patios como les comenté inicialmente se mezclaban con las calle de Lima haciéndolo también ¡otro espacio público!




El Museo de Arte y Tradiciones Populares

Hoy gracias a los procesos de restauración iniciados por la Pontificia Universidad Católica del Perú se encuentra aquí en el segundo piso las instalaciones del Museo de Arte y Tradiciones Populares del Instituto Riva Agüero aquí uno puede observar diferentes obras de arte colonial y también no solo de esta influencia, sino también el arte popular como por ejemplo los bellísimos toritos de Pucara de la zona de Puno, además de esculturas, tallados, etc.





Horarios de atención:

De lunes a viernes de 10:00 a 13:hrs y desde las 14:00 hasta las 20:00 hrs , los sábados de 14:00 hrs a 17:00 hrs

Ingreso: ¡Gratuito!





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