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14 julio 2021

Historias de aparecidos en la casa Barbieri

La casa Barbieri, se encuentra ubicada en la intersección del Jr. Callao y el Jr. Rufino Torrico, en el centro histórico de Lima. Se tiene referencia que el espacio que ocupa esta casona constituyó uno de los primeros solares repartidos por Francisco Pizarro a quienes participaron en la ocupación española; distribución hecha a través del Cabildo de Lima; dicho terreno fue asignado a Don Francisco de Chaves, tras su muerte, este espacio volvió nuevamente a manos del Cabildo de Lima.



Dos siglos más tarde, en la noche de Octubre de 1746 se sintió en Lima un fuerte ruido seguido de un movimiento de tierra terrible que destruyó casi por completo la ciudad incluyendo sus casas, solares y conventos. Las estructuras arquitectónicas que se encontraban en este espacio de propiedad del cabildo de Lima, quedaron también en escombros. Dos años después, en 1748, Don José Gonzales, Conde de Fuente Gonzales y su esposa Doña Rosa de la Fuente, Condesa de Villar de Fuente compraron el terreno al cabildo de la Ciudad, el mismo que inicialmente ocupó Don Francisco de Chaves, construyendo ahí su Finca y dotándola de una rica arquitectura de estilo Neoclásico con influencia Mudéjar (combinación de estilo Hispano y Musulmán) en ventanas, patios y corredores, arquerías y detalles, reforzando igualmente las paredes y las vigas para resistir probables sismos.


En 1895 esta casa adquiere un nuevo dueño, Don Agustín Tovar quien en compañía de su hija Doña Dolores Tovar ocuparon esta casa. A la muerte de Don Agustín Tovar la casa queda como herencia a Doña Dolores quien al no mostrar interés sobre la casa, decide alquilarla para luego ponerla en venta.




A finales de 1925 Manuel Fernando Barbieri Sprinborn, joven limeño de 34 años (de padre Italiano y madre limeña) se interesa por la casa y luego de dos intentos por comprarla se convierte en el nuevo dueño de la Mansión de los Condes de Villar de Fuentes
Barbieri decide refaccionar la casona por dentro dotándola de un bellísimo estilo de segundo Imperio, adornando cada espacio con azulejos, tallados en madera, elegantes salones con oratorio, segundo patio Sevillano y Caballeriza. El segundo piso fue reconstruido y se habilitaron varios ambientes para alquiler mientras que en las afueras de la casa se construyeron pequeños espacios para negocios. Pasado los años y ya de edad Barbieri se volvió muy religioso, manteniendo un constante apego con el antiguo templo de San José en Barrios Altos, siendo benefactor de las monjas Concepcionistas descalzas de San José. A mediados de los años 70, con 83 años, ya enfermo fue atendido en su casa por las monjas Concepcionistas Descalzas quienes a la muerte de Barbieri fueron designadas como Albaceas de todos sus bienes. En 1975 las monjas asumen la autoridad sobre la casa y años más tarde la ponen en venta.




En la década de los años 80 la empresa BMK Constructores (perteneciente a los negocios de León Rupp) compró la casa. En los años 90 la casa es cedida por León Rupp como sede al Patronato de Lima, la misma que ya era conocida como “Casa Barbieri”, dándole uso cultural donde se realizaban eventos y proyecciones de fotografías. El lugar fue una de las sedes de la primera Bienal de Lima, visitado por personas importantes del Perú y el mundo, hasta que el Patronato de Lima se trasladó a otro local.




A partir de 1995 en la casa se instalaron negocios de imprenta, de esta manera la casa quedó invadida por máquinas, carretillas, papeles y gente que desconocía el gran valor histórico del lugar. Más de once años estuvieron las imprentas instaladas en las tiendas llegando a ocupar el zaguán y el patio principal de la casa. En el 2015, tras varios intentos de desalojar a las imprentas, se pudo ver los resultados que por muchos años se esperó y éstas poco a poco fueron desocupando la Casa Barbieri.


Hoy este impresionante Palacete entra en una nueva etapa de recuperación, el trabajo es silencioso pero ya se pueden observar los resultados gracias al apoyo desinteresado de vecinos de nuestra ciudad. El valor que representa es admirado por sus actuales administradores quienes apoyan esta noble labor de devolver a la Casa Barbieri su esplendor e importancia. Nadie ama lo que no se conoce y éste es el caso que hoy damos a conocer, el maravilloso Palacio de los Condes de Fuentes Gonzales — Casa Barbieri.




Historia de muerte y aparecidos

La historia detrás de esas puertas claveteadas tiene mucho de misterio, terror y leyenda . Fue propiedad de José Gonzales de la Fuente II conde de Fuente –Gonzàles IV conde de Villar de Fuente gobernador de Lima (1824), que abrazó la causa de la independencia, pero luego, junto a otros aristócratas, renegó de ella, y terminó refugiándose en el Castillo del Real Felipe, donde falleció. 
Pero en quien recae la historia más truculenta es en su esposa, Manuela Pando Ramírez, dama excéntrica que acostumbraba a vivir "sumida en su habitación adonde no penetran ni los rayos del sol”, según cuenta Alejandro Salinas en “Las Damas del Guano” . Pero eso no es todo. A la condesa se le acusa de una serie de abusos y hasta crímenes con los esclavos que resguardaban sus tesoros. Su apego a la casona fue tanta que en 1852 intentó desheredar a su hija para quedarse con la propiedad. El pleito legal, donde intervino también el yerno, nunca terminó pues la condesa desacató la sentencia en su contra hasta su muerte en 1858 .



La casa eventualmente pasó a ser propiedad de un terrateniente puneño, don Agustín Tovar, entre 1895 y 1925. Pero luego decidió rentarla pues su hija Dolores comento que en el lugar ocurría sucesos paranormales. En 1928 Fernando Barbieri Sprinborn compra el predio con el tesoro de los jesuitas encontrado en un predio colindante. Se cuenta que Barbieri, conocedor de la leyenda de la condesa, emprende una búsqueda de los tesoros escondidos. Verdad o mentira. A los pocos años, remodela toda la mansión con el mismo esplendor y lujo de sus mejores años.



Cuentan que Babieri, no solo encontró el tesoro escondido de la condesa, sino también los esqueletos de los esclavos.



Al morir Barbieri en 1979 , lega sus bienes a la congregación de monjas de la orden de las Nazarenas. En 1980, la casa fue comprada por la empresa BMK S.A. Constructores . Hoy solo hay un vigilante que vive en el predio desde hace mas de 30 años . La casa esta vacía y casi todas las habitaciones están sin luz. Pero el vigilante no tiene miedo. Ya se acostumbro a ver a "la gringa", una dama blanca que vaga por los viejos corredores de la casa.




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