El Hospital Nacional Dos de Mayo, primer centro hospitalario público peruano gestionado por el Ministerio de Salud, tiene sus raíces en la historia colonial de Lima. Surgió como evolución del Hospital de Nuestra Señora de la Concepción, fundado en 1538 por el cabildo de Lima y posteriormente conocido como Hospital Real de San Andrés. En respuesta a las crecientes necesidades de atención médica en la República, en 1875 se estableció el Hospital Nacional Dos de Mayo en una nueva ubicación, continuando la tradición y responsabilidades del antiguo hospital de San Andrés. En reconocimiento a su importancia histórica, en 1973 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación mediante Resolución Suprema Nª 2900-72-ED.
HISTORIA:
El Hospital de San Andrés, que data del siglo XVI en Lima, se originó como el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción en 1538, siendo reubicado en 1545 frente a la actual Plaza Italia. Esta nueva ubicación, llamada "Real Hospital de San Andrés", fue testigo de importantes eventos médicos y educativos, como el establecimiento del primer anfiteatro anatómico en 1792, la fundación de la Real Escuela de Medicina de San Fernando en 1811 y la primera Casa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
En 1868, una devastadora epidemia de fiebre amarilla azotó Lima, cobrando la vida de 6,000 personas. Esta tragedia, junto con el crecimiento de la población y las limitaciones de los hospitales existentes, llevó al presidente Pedro Diez Canseco a decretar la fundación de un nuevo hospital el 1 de mayo de 1868. Este moderno y amplio hospital fue bautizado como Dos de Mayo en honor a los peruanos que lucharon en el Combate del Callao en 1866. Los fondos para su construcción provenían de diversas fuentes, incluyendo el sobrante de las rentas de la Beneficencia de Lima y una mesada del Gobierno.
El principal impulsor de este proyecto fue Manuel Pardo y Lavalle, presidente de la Beneficencia Pública de Lima. La sede del hospital se eligió en el barrio de Cocharcas, un área apartada del centro de la ciudad. La obra fue encargada a los arquitectos Mateo Graziani y Michele Trefogli, quienes innovaron en la arquitectura hospitalaria peruana. La construcción duró 6 años y 7 meses, bajo el gobierno de José Balta y Montero.
Finalmente, el 28 de febrero de 1875, Manuel Pardo, ya como presidente del Perú, inauguró el Hospital Dos de Mayo. En su discurso, destacó la importancia de este nuevo hospital como un hito para la sociedad peruana. La nueva infraestructura contaba con doce salas y tenía capacidad para albergar a 600 enfermos. El hospital, administrado por la Beneficencia Pública de Lima, se convirtió en un centro crucial en la historia de la medicina peruana, con un personal diverso que desempeñó roles fundamentales en la atención médica y el funcionamiento del hospital
Durante la Guerra del Pacífico, el Hospital Nacional Dos de Mayo se vio afectado por el conflicto, ya que fue ocupado por las fuerzas chilenas desde el 20 de febrero de 1881 hasta el 29 de diciembre de 1883. A pesar de esta ocupación, el personal médico liderado por el doctor Leonardo Villar y las Hermanas de la Caridad lograron mantener la atención médica, especialmente para los niños.
En 1885, el hospital fue el escenario de un evento trascendental en la historia de la medicina peruana: el sacrificio de Daniel Alcides Carrión. Carrión, un estudiante de sexto año de Medicina, se inoculó sangre infectada en un intento por comprender mejor la relación entre la Fiebre de la Oroya y la Verruga Peruana. Su sacrificio ayudó a clarificar que ambas enfermedades eran manifestaciones de una misma dolencia, lo que eventualmente llevó al reconocimiento de Carrión como Mártir de la Medicina Peruana. Desde entonces, cada 5 de octubre se celebra en Perú el Día de la Medicina Peruana en su honor.
En el siglo XIX, el hospital experimentó una serie de cambios significativos en su sistema de atención médica. Se introdujo la atención de consulta externa en 1891, seguida por la creación del primer laboratorio clínico en 1900. Posteriormente, se implementó el tratamiento para la tuberculosis y en 1913 se habilitó la recepción nocturna de enfermos.
Durante medio siglo, los inspectores de la Beneficencia fueron responsables de la dirección del hospital, elegidos entre los socios de la institución. Sin embargo, a partir de 1921, se nombró al primer director médico, el doctor Leonidas Avendaño, marcando un cambio significativo en la administración del hospital.